En Yucatán se le conoce como huech.
Si nos adentramos por los caminos abiertos del monte bajo de Yucatán, quizá nos encontremos con un pequeño animal acorazado y corto de vista que, al sentir nuestra presencia, huirá a la escasa velocidad que sus cortas patas le permiten.
Si el terreno no es abierto, el armadillo (Dasypus novemcinctus), huech, armado, mulita o ayotochtli, como se le conoce según la región, con toda seguridad logrará escapar gracias a su habilidad para perderse entre la vegetación. Sin embargo, en terreno descampado es fácil atraparlo; basta correr tras él algunos metros y cogerlo entre las manos, pues su única defensa es la coraza que protege su cuerpo.
Los armadillos, pertenecientes a la familia dasypodidae, según recuerda Pronatura Península de Yucatán, A.C., son animales primitivos, acorazados y casi desdentados (su dentadura consiste sólo de molares simples en forma de clavija y no tienen raíces o esmalte).
Los osos hormigueros y los perezosos son sus familiares más cercanos.
Hay armadillos en prácticamente todo el continente. En México, se localizan, aunque en forma escasa, del sur de Sonora y este de Coahuila hasta Michoacán y Puebla. A partir de ahí, su distribución es más amplia.
El huech, como se le conoce en Yucatán, es considerado una valiosa presa de caza por la suavidad y el sabor de su carne.
Actualmente, la población de estos pequeños mamíferos desdentados ya no es tan numerosa, debido a la cacería constante de que es objeto y a la destrucción de su medio ambiente, causa que también ha dado origen a la paulatina desaparición de otras especies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario