viernes, 15 de junio de 2007

el armadillo

El armadillo: pequeño, frágil acorazado
En Yucatán se le conoce como huech.

Si nos adentramos por los caminos abiertos del monte bajo de Yucatán, quizá nos encontremos con un pequeño animal acorazado y corto de vista que, al sentir nuestra presencia, huirá a la escasa velocidad que sus cortas patas le permiten.

Si el terreno no es abierto, el armadillo (Dasypus novemcinctus), huech, armado, mulita o ayotochtli, como se le conoce según la región, con toda seguridad logrará escapar gracias a su habilidad para perderse entre la vegetación. Sin embargo, en terreno descampado es fácil atraparlo; basta correr tras él algunos metros y cogerlo entre las manos, pues su única defensa es la coraza que protege su cuerpo.

Los armadillos, pertenecientes a la familia dasypodidae, según recuerda Pronatura Península de Yucatán, A.C., son animales primitivos, acorazados y casi desdentados (su dentadura consiste sólo de molares simples en forma de clavija y no tienen raíces o esmalte).

Los osos hormigueros y los perezosos son sus familiares más cercanos.

Hay armadillos en prácticamente todo el continente. En México, se localizan, aunque en forma escasa, del sur de Sonora y este de Coahuila hasta Michoacán y Puebla. A partir de ahí, su distribución es más amplia.

El huech, como se le conoce en Yucatán, es considerado una valiosa presa de caza por la suavidad y el sabor de su carne.

Actualmente, la población de estos pequeños mamíferos desdentados ya no es tan numerosa, debido a la cacería constante de que es objeto y a la destrucción de su medio ambiente, causa que también ha dado origen a la paulatina desaparición de otras especies.

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